Sebastián

El 16 de noviembre de 1999, la vida me dio la oportunidad de conocer a un amor muy especial... un amor incondicional, un amor que crece exponencialmente con el paso de los años, un amor que nunca deserta, un amor que perdura a través de los años... un amor que nos hace sentir que la vida merece la pena mientras vemos crecer y alzar el vuelo a nuestros seres queridos.

Gracias por estar en mi vida, mi amado hijo.

Desde que naciste, no ha habido un solo día en el que no haya sonreído... Y tú eres la razón de esas sonrisas.

MAMA

Anterior
Anterior

Los árboles y sus formas

Siguiente
Siguiente

Yo soy Yo